François Houtart *
En Lima, Naciones Unidas organizó en diciembre de 2014 la última reunión preparatoria a la Conferencia de París sobre el Clima de 2015. Hubo varias referencias a la selva amazónica y también, al margen del encuentro oficial, se organizó un Tribunal de Opinión sobre el Derecho de la Naturaleza, que tocó también el tema.
El problema climático es bastante simple. Al tiempo que las actividades humanas producen más gases de efecto invernadero se destruyen los pozos de carbono, es decir, los lugares naturales de absorción de estos gases: las selvas y los océanos. El resultado es que el planeta no puede regenerase plenamente y que ya necesitamos un planeta y medio para la restauración de la naturaleza, pero tenemos solamente uno.
Tres grandes lugares del mundo tienen reservas forestales importantes reguladoras de los ecosistemas regionales: Asia del sur-este (Malasia e Indonesia), África central (Congo) y la Amazonia. El primero ya ha prácticamente desaparecido: Malasia e Indonesia han destruido más de 80 por ciento de sus selvas originarias para la plantación de palma africana y de eucaliptos. En el Congo, las guerras habían parado la explotación de madera y la extracción minera, pero estas actividades se renovaron durante los 10 últimos años. La Amazonia está en pleno proceso de degradación.
Las funciones geológicas de la selva amazónica
Con 4 millones de kilómetros cuadrados en nueve países, almacena un total de 109.660 millones de toneladas de C02, es decir, 50 por ciento del C02 de los bosques tropicales del planeta. Un total de 33 millones de personas viven en esa región, y entre ellas 400 pueblos indígenas.
Un estudio de un científico brasileño, Antonio Donato Nobre, O futuro climático da amazõnia.Relatorio de avaliação científica, describe de manera impresionante las funciones de la selva amazónica. Recogió los estudios hechos en Brasil. La historia geológica de la Amazonia es muy... Leer mas
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